Durante la etapa de diálogo, los neurocientíficos de la University College London (UCL), tuvieron la oportunidad de hacer una presentación sobre su forma de trabajo para exponer sus necesidades, preferencias y expectativas en lo que sería su nuevo en su ambiente de trabajo. En ese sentido, tanto el equipo de arquitectos como el de ingenieros trabajaron para satisfacerlos, llegando incluso a diseñar sistemas, producir materiales y tecnologías novedosas para cumplir con todos los requerimientos.1 Sin embargo, hubo una petición con respecto a la ubicación de las oficinas de los neurocientíficos teóricos del centro computacional que fue rotundamente negada.
“Los financiadores querían un edificio que alentara a los científicos teóricos y experimentales, de muchos países y con una amplia gama de experiencia, a interactuar y colaborar para lograr mayores avances en neurociencia.”
Our building, Sainsbury Wellcome Centre
El Dr. Peter Dayan, quien fuera el director del Gatsby Computational Neuroscience Unit (GCNU), pidió que su oficina y las de su equipo estuvieran localizadas en un solo piso, preferiblemente en el último. Ceder a su petición significaba el riesgo de que nuevamente los neurocientíficos teóricos (como Dayan) y los neurocientíficos experimentales terminaran trabajando de forma disyuntiva.
Una de las asesoras y gestoras del proyecto, la Dra. Sarah Caddick, intervino y les hizo saber que la causa fundamental para la creación de un edificio nuevo era que teóricos y experimentalistas colaboraran en una conexión entre la teoría computacional y la realidad biológica, para avanzar en la investigación de los circuitos neuronales y el comportamiento.2
Interacción y colaboración
Como respuesta al requerimiento de hacer interactuar a todos los grupos de científicos, el arquitecto Ian Ritchie ubicó las instalaciones del centro computacional en la mitad del edificio distribuyendo todas sus dependencias en tres pisos y ubicó las zonas de los laboratorios experimentales a cada lado del centro computacional. Estas áreas se comunican tangencialmente a través de un corredor principal, de tal manera que, al circular diariamente por el edificio, necesariamente los científicos experimentales entran en contacto con los teóricos. El corredor se amplía en ciertos puntos para permitir áreas amuebladas que invitan a la socialización y la interacción sin interrumpir el tráfico. Lo mismo sucede con la escalera principal, que tiene descansos más amplios de lo normal para permitir estos encuentros y conversaciones casuales tan importantes.

En la zona central se distingue el Centro Computacional que además se pone de manifiesto en la fachada en donde la longitud de las ondas se reduce. A cada lado se ubican los laboratorios experimentales. También se observa el área de circulación que las une todos los laboratorios y la terraza jardín.
En cuanto a las oficinas, Ritchie hizo una concesión con Dayan, creando tres oficinas individuales para los estudiantes de posdoctorado, pero el resto de las oficinas fueron hechas para ser compartidas en grupos de dos a cuatro estudiantes, de manera tal que pudieran tener cierto grado de privacidad, pero sin que pudieran aislarse completamente de los demás. Las paredes fueron hechas en superficies en las que se puede escribir, así que funcionan como tableros, en donde cualquiera puede hacer anotaciones y compartirlas. Además, todas las oficinas tienen ventanas sobre la calle o un tragaluz central diseñado para maximizar la entrada de luz natural; ahorrando energía y estimulando el buen funcionamiento del ciclo circadiano de los usuarios.3



Los laboratorios experimentales se diseñaron de doble altura para permitir más espacio vertical en caso de ser necesario. Sin embargo, un sistema de ‘Play and plug’ le permite a los científicos cambiar las alturas del entrepiso si lo requieren y convertirlo en un espacio de simple altura (mezanine). Al mismo tiempo, pueden reconfigurar instalaciones y servicios de acuerdo a sus necesidades, en corto tiempo y sin mayor costo, permitiendo máxima flexibilidad.
“Internamente, el edificio se ha organizado de acuerdo con la investigación neurocientífica que indica una preferencia humana por espacios diseñados con alta visibilidad y conectividad, con múltiples puntos de vista, varios volúmenes visuales y permeabilidad. Este enfoque multi-escala refleja la “red libre de escala” del cerebro.”
Ian Ritchie, Sainsbury Wellcome Centre
Tener espacios con diferentes alturas de techo pueden activar diferentes conceptos mentales e impulsar diferentes procesos de pensamiento en los usuarios de un espacio. En la investigación realizada en 2007 por las profesoras de marketing Joan Meyers-Levy y Rui Juliet Zhu encontraron que en espacios con techos bajos, las personas tendían a tener la sensación de confinamiento y esto a su vez generaba pensamientos más concretos y detallados. Por otro lado, en aquellos espacios con techos más altos las personas tendían a sentirse más libres, dejaban divagar su mente, hacían muchas más asociaciones de pensamientos y tendían a ser más creativos.4 Si consideramos que es necesario tener ambos tipos de pensamiento en la investigación científica, se podría decir que tener un espacio que ofrezca diferentes alturas es positivo.5
En el siguiente artículo hablaremos del diseño del edificio en el nivel de la calle y cómo se presenta de manera juguetona a los vecinos y transeúntes que pasan por ahí, como un edificio para la ciencia del cerebro y cómo a veces nuestros sentidos y nuestra percepción nos pueden engañar.
- El SWC ha ganado numerosos reconocimientos y premios de diseño e innovación desde su inauguración en 2006. https://www.ritchie.studio/projects/sainsbury-wellcome-centre/ ↩︎
- A pesar de su reticencia, Dayan tuvo que rendirse y aceptar el diseño de su nuevo sitio de trabajo, cuyo propósito era cambiar precisamente esas actitudes y comportamientos de muchos científicos de aislarse como monjes en sus celdas. ↩︎
- Uno de los parámetros de diseño para el SWC fue proveer al máximo de luz natural a los científicos para mejorar sus patrones de sueño. Para leer más sobre el tema, lea: https://neurotectura.com/2023/07/09/neuroarquitectura-el-diseno-final-del-sainsbury-wellcome-centre-i/ ↩︎
- Meyers-Levy J, Zhu R., (2007). The Influence of Ceiling Height: The Effect of Priming on the Type of Processing that People Use. Journal of Consumer Research 34, pp. 174-186. ↩︎
- Los espacios de doble altura dan una sensación de amplitud, tienen una mejor ventilación y brindan una conexión visual brindando múltiples puntos de vista, esto atrae la curiosidad y el compromiso con un lugar. ↩︎