La primera infancia es un período crucial en la vida de un ser humano, ya que abarca desde el nacimiento del niño hasta los cinco años de edad. Durante esta fase, los niños experimentan un rápido desarrollo, tanto a nivel físico como neurológico. Es un momento en el que el entorno juega un papel fundamental, ya que influye en la formación del carácter y la personalidad de los pequeños, aspectos que tienden a perdurar a lo largo de su vida. Por lo tanto, es fundamental proporcionar un entorno estimulante y seguro que promueva un desarrollo saludable y positivo durante esta etapa.

Neurociencia infantil: entendiendo los cimientos del desarrollo del cerebro
El desarrollo neurológico es el resultado de una interacción permanente entre la información genética y los factores ambientales. Aunque el cerebro tiene un componente genético que define los elementos esenciales de su estructura, el entorno juega un papel vital en el producto final, porque es el ambiente el que lo moldea.1 Por ejemplo, un niño puede adquirir fácilmente diferentes idiomas si se le expone a ellos; por lo que el bilingüismo o multilingüismo no tiene nada que ver con la genética sino con el medioambiente en el que el niño se desenvuelve.
Las investigaciones muestran cómo el desarrollo temprano del cerebro, junto con nuestras primeras experiencias, afectan nuestra salud y bienestar a lo largo de toda nuestra vida.
A lo largo de nuestras vidas, el sistema nervioso central experimenta cambios adaptativos en respuesta a demandas del ambiente. El entorno en el que uno se desarrolla en la niñez proporciona experiencias poderosas que inclusive pueden modificar químicamente ciertos genes.2 Esta cualidad del cerebro se conoce como neuroplasticidad. Aunque muchos procesos de modelación cerebral se completan al nacer, el cerebro humano exhibe el desarrollo biológico más dramático durante los años preescolares, periodo en el que el cerebro adquiere aproximadamente el 90 % de su peso final.3

Este proyecto integra edificios del siglo XVIII con una area de juego en el techo de la nueva edificación.
Cerebro plástico y el ambiente construido
Es de concluir que el neurodesarrollo se basa en la plasticidad del cerebro. En este proceso factores como la adversidad temprana, el estrés prenatal, la nutrición, la inmunidad y el ambiente físico, pueden afectar el desarrollo neurológico de un infante dramáticamente. Se ha reportado el efecto negativo de los contaminantes ambientales y tóxicos, como alérgenos, productos químicos, plomo, metales pesados, solventes y pesticidas. Así como la contaminación acústica, la calidad de la iluminación y la ventilación, las condiciones de vivienda, hacinamiento y la calidad del vecindario.
Las teorías del desarrollo neurológico actuales se centran en procesos que involucran variables naturales, biológicas, de crianza y ambientales de manera interactiva.
Es fundamental para la sociedad asegurar que los niños tengan un entorno positivo en el que puedan desarrollarse, ya que estudios evidencian que la capacidad social y el bienestar emocional en la infancia influyen en la capacidad del niño para adaptarse en la escuela y en sus relaciones a lo largo de la vida. Las relaciones sensibles y de apoyo en la infancia están relacionadas con mejores resultados académicos y sociales, así como con la salud física y el éxito laboral en la adultez. Por el contrario, los niños que carecen de experiencias tempranas positivas para un desarrollo socio-emocional saludable enfrentan un mayor riesgo de problemas posteriores, como conducta delictiva en la edad adulta.4


A la izquierda un juguete recomendado para niños de 0 a 1 año. A la derecha, un set de elementos de cocina, apropiado para niños entre 3 y 5 año de edad.
El ambiente construido contribuye a la capacidad de aprendizaje de los niños. Este debe ser estimulado por colores, texturas y formas, por la posibilidad de observar, tocar, imitar, experimentar y explorar. Por otro lado, el vecindario y la guardería pueden ser importantes para fomentar un sentido de seguridad, de identidad y pertenencia positivas, reducir las tensiones y proteger contra los síntomas del trauma en infantes. Estudios señalan que los espacios que animan a los infantes a jugar, expresarse y socializar pueden ser clave para reducir el estrés, mejorar la resiliencia y el desarrollo positivo. El acceso a la naturaleza y a los espacios públicos abiertos son importantes para la mejorar la salud mental.5
La disposición de un entorno adecuado ayuda a desarrollar competencias como la inteligencia emocional, el trabajo en equipo, el pensamiento lateral o la creatividad.
La comprensión del neurodesarrollo respalda la implementación de políticas para promover un desarrollo humano positivo y mayor justicia social con la formulación de estrategias destinadas a mejorar la calidad de vida de la sociedad. Al comprender cómo el neurodesarrollo influye en la cognición, el comportamiento y las habilidades sociales, es posible crear programas y medidas que fomenten el progreso equitativo y sostenible para todos los sectores de la población. Por tanto, al promover esta perspectiva integradora, se busca no solo impulsar el desarrollo personal, sino también construir una sociedad más justa y equitativa para las generaciones presentes y futuras.
- https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1245178915711522#:~:text=El%20desarrollo%20neurol%C3%B3gico%20es%20el,es%20moldeada%20por%20el%20ambiente ↩︎
- https://developingchild.harvard.edu/resources/8-things-remember-child-development/ ↩︎
- https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3511633/ ↩︎
- http://www.urbanchildinstitute.org/articles/features/positive-early-experiences-pay-off-for-lifetime ↩︎
- https://decid.co.uk/es/conceptos-clave/intervenciones-de-construccion-sensibles-a-ninos-y-ninas/ ↩︎
One thought on “Neuroarquitectura y el diseño para infantes: más allá de lo adorable, una experiencia formativa”