Diseño Urbano y Ecoansiedad: 4 Soluciones Sostenibles

Vista aérea de la devastación dejada por el huracán Milton a lo largo de la costa del golfo de Florida en los Estados Unidos. El Huracán causó pérdidas estimadas de hasta $34 mil millones de dólares y al menos 24 muertes en Florida, según CoreLogic. CNN Business

La ecoansiedad es el miedo persistente al deterioro ambiental provocado por el cambio climático, generando estrés, angustia y una sensación de impotencia ante la crisis ecológica y sus consecuencias. El término fue popularizado por la American Psychological Association (APA) en 2017 y ha sido respaldado por diversas entidades psicológicas debido a su creciente importancia en el contexto mundial.

La eco-ansiedad, un término que ha ganado relevancia recientemente, se refiere al miedo crónico a la catástrofe ambiental.

A medida que los efectos del cambio climático se agravan, la ecoansiedad aumenta, afectando a personas en todo el mundo. Los entornos urbanos, con sus paisajes de concreto en expansión y estilos de vida acelerados, pueden intensificar y al mismo tiempo ayudar a aliviar estos sentimientos de ansiedad. El diseño de nuestras ciudades, edificios y espacios públicos desempeña un papel fundamental en cómo los individuos se relacionan con su entorno y, como resultado, en cómo gestionan la eco-ansiedad.

El Paisaje Urbano: ¿Un Factor Agravante?

Para muchos, la vida en las ciudades modernas puede sentirse desconectada de la naturaleza. Los rascacielos y la sobrepoblación crean un entorno alejado del mundo natural. Este desarraigo puede aumentar los sentimientos de ecoansiedad, ya que las personas sienten que no tienen control sobre su entorno y la crisis ambiental. Vivir en ciudades también significa estar expuesto a más contaminación, hacinamiento y calor, lo que contribuye al estrés y refuerza las preocupaciones sobre el cambio climático.

El sector de la construcción es responsable del 37 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, debido principalmente a la producción y uso de materiales como cemento, acero y aluminio. Históricamente, los esfuerzos de reducción se han enfocado en las emisiones operativas, derivadas de la calefacción, refrigeración e iluminación de los edificios. Se prevé que estas emisiones operativas disminuirán del 75 % al 50 % de las emisiones totales del sector en las próximas décadas, mientras aumenta el enfoque en reducir las emisiones incorporadas.

ONU – programa para el medioambiente

Además, las ciudades son grandes contribuyentes a los problemas climáticos. Las islas de calor urbano, provocadas por la abundancia de concreto y la falta de áreas verdes, pueden elevar las temperaturas y aumentar el consumo de energía, amplificando aún más el impacto ambiental de la vida urbana. Para quienes ya lidian con la ecoansiedad, vivir en tales entornos puede sentirse como estar atrapado en un ciclo de retroalimentación, de daño ambiental y desesperanza personal.

Diseñando ciudades sostenibles para una mejor salud mental.

El diseño urbano tiene el potencial de ayudar a combatir la ecoansiedad. Las ciudades diseñadas de manera reflexiva que priorizan los espacios verdes, los edificios sostenibles y la participación comunitaria pueden fomentar un sentido de control y optimismo, ayudando a aliviar los sentimientos de desesperanza y ansiedad.

Jardines de la Bahia en Singapur.
Singapur ha logrado desarrollarse respetando sus áreas naturales, como lagos, parques y selvas, que sirven como espacios de recreo, destacando entre ellos los Jardines Botánicos.
1. Espacios Verdes y Diseño Biofílico

Una forma efectiva de reducir la ecoansiedad es integrar la naturaleza en las ciudades. Los parques, jardines en azoteas y calles con árboles no solo benefician al medioambiente, sino que también ayudan al bienestar emocional. Estudios muestran que tener acceso a la naturaleza, por pequeño que sea, puede disminuir el estrés, reducir la presión arterial y mejorar el ánimo. Las ciudades con espacios verdes permiten que los residentes se sientan más conectados con la naturaleza, recordándoles que esta puede coexistir con la vida urbana.

Más allá de los parques, el diseño biofílico—incorporar elementos naturales en la arquitectura—se está volviendo esencial para los diseñadores. Usar materiales naturales como madera y piedra, instalar paredes vivas y maximizar la luz natural puede convertir los edificios en lugares tranquilos llenos de naturaleza. Esta conexión con el entorno ayuda a aliviar la ecoansiedad, proporcionando un sentido de paz en medio del bullicio de la ciudad.

Ámsterdam – Paises Bajos
En esta ciudad compacta, más del 40% de los desplazamientos se realizan en bicicleta, lo que reduce las emisiones de carbono y mejora la vida social y la salud de sus habitantes.
2. Ciudades caminables y transporte público

La ecoansiedad a menudo está alimentada por una sensación de impotencia: la idea de que las acciones individuales no pueden marcar una diferencia significativa. Las ciudades que priorizan la caminabilidad, la infraestructura para bicicletas y los sistemas de transporte público eficientes empoderan a los residentes a tomar decisiones amigables con el clima en su vida diaria.

Un sistema de transporte público bien diseñado reduce la dependencia de los automóviles, disminuye las emisiones y promueve estilos de vida más saludables. Las ciudades caminables fomentan una vida local, donde los residentes pueden acceder a la mayoría de sus necesidades con una caminata corta o un paseo en bicicleta, reduciendo el estrés y la huella de carbono del transporte diario.

Dicha infraestructura no solo promueve la sostenibilidad ambiental, sino también la cohesión social, un elemento crítico para el bienestar mental. Cuando las personas están más conectadas con sus comunidades locales, se sienten menos aisladas y más comprometidas con las soluciones colectivas al cambio climático.

Diseño Bioclimático. Casa en España diseñada por Alventosa Morell.
Este diseño bioclimático cuenta con una calificación energética A, emplea materiales naturales y locales, y reduce el consumo de energía en un 76% comparado con una vivienda convencional. Utiliza un sistema pasivo para bajar la temperatura interior.
3. Arquitectura sostenible y adaptada al clima

Los edificios sostenibles desempeñan un papel crucial en la mitigación tanto de los desafíos ambientales de las ciudades como de la ecoansiedad que experimentan sus residentes. Las estructuras que incorporan fuentes de energía renovable, sistemas de agua eficientes y materiales ecológicos demuestran que los entornos urbanos pueden ser parte de la solución en lugar del problema. Cuando las personas viven en edificios diseñados de manera sostenible, obtienen la tranquilidad de saber que se están tomando medidas concretas para combatir el cambio climático, brindándoles una sensación de empoderamiento frente a la ecoansiedad.

La arquitectura adaptada al clima—diseñada para ajustarse a los climas locales y minimizar el consumo de energía—también puede contribuir al bienestar mental. Por ejemplo, las estrategias de enfriamiento pasivo en los edificios reducen la necesidad de aire acondicionado intensivo en energía, disminuyendo las emisiones de carbono mientras crean espacios más cómodos y habitables. Cuando la arquitectura aborda directamente los problemas climáticos, no solo reduce el impacto ambiental de la vida urbana, sino que también fomenta una sensación de confort y sostenibilidad.

Green City Market – Chicago.
Estos mercados ofrecen una amplia variedad de productos agrícolas locales y sostenibles, junto con programas comunitarios al aire libre para todas las edades, disponibles entre los meses de abril y noviembre.
4. Espacios Públicos y Comunitarios

Los espacios públicos que fomentan la interacción social y la construcción de comunidad son fundamentales para abordar la ecoansiedad. Un diseño urbano que promueva la colaboración, como los huertos comunitarios, los espacios de trabajo compartidos o las plazas públicas, crea oportunidades para que las personas se relacionen con sus vecinos. Esta interacción fortalece la resiliencia social, ya que las personas que se sienten apoyadas por sus comunidades están mejor preparadas para enfrentar la carga emocional de la ecoansiedad.

Las iniciativas de sostenibilidad basadas en la comunidad, como la agricultura urbana, las cooperativas de energía solar o los programas de reciclaje en los barrios, ofrecen formas concretas para que los individuos tengan un impacto ambiental positivo. Al participar en estos esfuerzos, las personas pueden combatir los sentimientos de impotencia y contribuir al bienestar colectivo de su ciudad.

En conclusión

Abordar la ecoansiedad requiere un enfoque que combine sostenibilidad, accesibilidad y salud mental. Arquitectos, urbanistas y funcionarios deben colaborar para crear entornos que promuevan tanto el bienestar ecológico como psicológico, priorizando viviendas sostenibles y planes urbanos que reduzcan las emisiones de carbono mientras fomentan la participación comunitaria.

A medida que las ciudades evolucionan, pueden profundizar la ecoansiedad o convertirse en faros de esperanza para un futuro sostenible. Un diseño urbano centrado en la salud mental, la sostenibilidad y la comunidad puede transformar cómo enfrentamos la crisis climática con resiliencia y optimismo.


Referencias

Published by Patricia Fierro-Newton

Architect and researcher based in London. I founded Neurotectura to explore how architecture can support neurodivergent lives through more empathetic and inclusive design.

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