Diseñando espacios inclusivos para poblaciones neurodiversas

Diagrama de condiciones de la neurodiversidad.
El término neurodiversidad fue acuñado en la década de 1990, cuando activistas por los derechos del autismo como Jim Sinclair, Kathy Lissner Grant y Donna Williams fundaron Autism Network International. Esta organización se basaba en el principio de que el autismo no es una enfermedad, sino un estilo de procesamiento cognitivo.

La neurodiversidad parte de considerar las diferencias neurológicas como variaciones naturales del cerebro humano, en lugar de déficits que deben ser corregidos. Este concepto resalta el valor de las experiencias y perspectivas cognitivas diversas, reconociendo que el cerebro de cada individuo funciona de manera única.

Cerebro y entorno

El entorno en el que crecemos moldea nuestra identidad a través del lenguaje, el pensamiento y la comunicación. Las experiencias sensoriales y sociales refuerzan las conexiones neuronales, influyendo en nuestra percepción del mundo. Por ejemplo, un niño expuesto a varios idiomas desde pequeño desarrolla mayor flexibilidad cognitiva, facilitando el aprendizaje y la resolución de problemas. La cultura, la educación y las interacciones determinan cómo procesamos la información y nos relacionamos con el mundo.

La plasticidad del cerebro o neuroplasticidad

Las interacciones sociales positivas, como las conversaciones significativas y las relaciones de apoyo, pueden reducir significativamente los niveles de estrés, lo cual es esencial para mantener una buena salud mental.

Cerebro y entorno construido

Por supuesto, el entorno construido también influye profundamente en la función cerebral, en el moldeado de la cognición, las emociones y el bienestar general. Los resultados de muchas investigaciones han demostrado que la luz natural, los espacios verdes y los diseños de planta abierta mejoran la claridad mental, reducen el estrés y fomentan la neuroplasticidad. Del mismo modo, los entornos mal diseñados —caracterizados por exceso de ruido, hacinamiento y falta de elementos naturales— pueden contribuir a la fatiga cognitiva, la ansiedad y el deterioro de la concentración.

Los espacios que habitamos ayudan a moldear nuestro cerebro.
La investigación científica ha demostrado que el entorno construido afecta nuestros estados mentales, procesos cognitivos y comportamiento; en otras palabras, el ambiente en el que vivimos influye en nuestro cerebro.

La arquitectura y el diseño urbano impactan el procesamiento neural al influir en el movimiento, la interacción social y la regulación emocional. Las ciudades transitables, los espacios públicos de reunión y la exposición a la naturaleza fomentan la actividad física y la conectividad social, que son vitales para la resiliencia cognitiva. Por el contrario, los entornos monótonos, cerrados o sobre estimulantes pueden aumentar el estrés y obstaculizar el rendimiento cognitivo.

Neurodiversidad y el entorno construido

Los individuos neurodiversos a menudo experimentan hipersensibilidad (respuestas aumentadas a estímulos) o hiposensibilidad (conciencia sensorial reducida), lo que afecta cómo interactúan con el entorno construido. Las luces brillantes, los ruidos fuertes y los espacios desordenados pueden abrumar a las personas hipersensibles, causando ansiedad y sobrecarga sensorial. Por el contrario, aquellos con hiposensibilidad pueden tener dificultades para registrar señales ambientales, requiriendo estímulos más fuertes —como superficies texturizadas, colores llamativos o acústicas amplificadas— para mantenerse comprometidos y orientados.

El entorno construido impacta a las personas neurodiversas de manera más intensa que a las personas neurotípicas debido a estas diferencias sensoriales, que pueden manifestarse de formas variadas y profundas. Características como luces brillantes y parpadeantes, ruidos fuertes y distribuciones caóticas pueden generar un gran malestar, llevando a una abrumadora sobrecarga sensorial para quienes son neurodiversos. Los espacios mal diseñados pueden causar angustia, obstaculizar la concentración o provocar incomodidad, limitando la accesibilidad y la inclusión.

Además, la falta de áreas tranquilizadoras o patrones predecibles puede agravar la ansiedad, dificultando que las personas neurodiversas se involucren plenamente en su entorno. Es esencial considerar estos factores en el diseño, ya que un ambiente cuidadosamente elaborado puede fomentar la comprensión, el apoyo y un sentido de pertenencia para todos, particularmente para aquellos que experimentan el mundo a través de una lente diferente.

Figuras y estadísticas

CondiciónPorcentaje
Dislexia10 %
Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)8 %
Dispraxia8 %
Discalculia6 %
Discapacidad intelectual generalizada3 %
Autismo1 %
Neurodivergencia en el Reino Unido
Fuente: ADHD Aware.

Neurodiversidad y entornos inclusivos

Es importante aclarar que la neurodiversidad suele estar presente desde el nacimiento, ya que condiciones como el autismo, el TDAH y la dislexia están vinculadas al desarrollo cerebral. Sin embargo, algunas personas pueden no recibir un diagnóstico hasta más adelante en la vida debido a la ocultación, la falta de conciencia o la interpretación errónea de sus características. Además, los cambios neurológicos resultantes de lesiones cerebrales, accidentes cerebrovasculares o enfermedades neurodegenerativas pueden introducir diferencias cognitivas más adelante en la vida, demostrando que la neurodiversidad puede evolucionar.

El diseño inclusivo en la arquitectura y la planificación urbana juega un papel crucial en la creación de espacios que acomodan diversas necesidades neurológicas. Al considerar factores como la sensibilidad sensorial, la accesibilidad y la flexibilidad, los arquitectos pueden diseñar entornos que apoyen a las personas neurodiversas, fomentando el bienestar, la productividad y la inclusión social.

Un diseño reflexivo asegura que los espacios públicos, lugares de trabajo y hogares sean cómodos y funcionales para personas de todos los neurotipos, reduciendo barreras y mejorando las experiencias cotidianas. Sin embargo, a pesar de las buenas intenciones, la falta de comprensión de estas condiciones neurológicas a menudo invisibles y complejas puede llevar a soluciones arquitectónicas que no satisfacen las necesidades de todos.

A pesar de las buenas intenciones, a veces la falta de comprensión de estas condiciones neuronales, que presentan diversos niveles de complejidad y son generalmente invisibles, puede dar como resultado una respuesta arquitectónica final que no sea adecuada para todos.

Integrar la neurociencia con la arquitectura y el urbanismo, junto con principios de diseño universal, permite a los diseñadores crear entornos que fomentan la creatividad, el bienestar mental y la función cognitiva. Los espacios que priorizan elementos amigables con los sentidos, una navegación clara y oportunidades para la interacción social contribuyen a la estabilidad emocional y a la reducción del estrés. Al fomentar la inclusividad y la adaptabilidad, tales diseños mejoran la calidad de vida de diversas poblaciones, asegurando que las ciudades y los edificios sean accesibles, acogedores y solidarios para todos.

Diseñar espacios para individuos neurodivergentes va más allá del acceso; promueve la creatividad en la arquitectura y la planificación urbana. Al fusionar la neurociencia con el diseño, los arquitectos pueden crear entornos que se adaptan a diferentes necesidades cognitivas y sensoriales, mejorando la funcionalidad y la experiencia del usuario para todos. Este método cuestiona los estándares de diseño tradicionales, apoyando espacios más flexibles y responsivos.

Priorizar la neurodiversidad en el diseño ayuda a crear una especialización en la arquitectura y la planificación urbana. Los profesionales que se centran en espacios amigables con los sentidos e inclusivos para el neurodivergente mejoran el diseño centrado en el ser humano, lo que conduce a mejores materiales, distribuciones espaciales y soluciones tecnológicas. Innovaciones como la iluminación interactiva y los espacios de trabajo flexibles apoyan a las personas neurodivergentes y generen entornos que promueven el bienestar, la productividad y la comodidad para todos.

En última instancia, adoptar la neurodiversidad en la arquitectura y la planificación urbana transforma los desafíos en oportunidades para el progreso. Al diseñar con inclusividad en mente, empujamos los límites de la práctica arquitectónica tradicional, fomentando la creatividad y soluciones innovadoras. Esto no solo beneficia a las personas neurodivergentes, sino que también enriquece a la sociedad en su conjunto, llevando a espacios más dinámicos, adaptables e inteligentes que atienden las necesidades en evolución de todas las personas.

Deja un comentario abajo —comparte tus ideas, experiencias o preguntas. Empecemos un diálogo sobre cómo hacer que los espacios sean más accesibles, adaptables e inspiradores para todos. ¡Tu voz es importante en la conformación del futuro de la arquitectura inclusiva!


Referentes

Published by Patricia Fierro-Newton

Architect and researcher based in London. I founded Neurotectura to explore how architecture can support neurodivergent lives through more empathetic and inclusive design.

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